lunes, 28 de octubre de 2013

A VECES, LO QUE HACEMOS NO TIENE SENTIDO.....


   A veces lo que hacemos no tiene sentido. De hecho, no lo tiene la mayor parte del tiempo. Tomamos cafés insustanciales con gente que no nos importa. Compartimos espacios con personas a las que directamente, no soportamos. Compramos el vaquero de moda, no porque nos guste, sino porque es lo que se lleva. Vemos la serie de televisión de la que todo el mundo habla para poder entrar en las sesudas conversaciones que se oyen en el metro a cerca del último capítulo. Vamos al cine a ver el estreno de la última peli cuya publicidad te machaca veinticuatro horas al día a través de diarios, marquesinas o televisión. Y al salir alabamos al director e incluso al productor, aunque no tengas ni puta idea de cómo se llama, porque los que caminan a tu alrededor lo hacen.

   Eso somos hoy los españoles. borregos incultos que se dejan arrastrar por la masa. Sin criterio propio y sin capacidad crítica.

   Dependiendo si somos de un bando u otro, ponemos a diario el canal que nos va a contar lo que queremos oír. Y asumimos como axiomas lo que un contertulio en concreto nos cuenta y nos lee en sus papeles. Y es que la vida que vivimos nos arrastra sin darnos tiempo a parar, a buscar el silencio que nos permita oírnos a nosotros mismos. Incluso nos asusta hacerlo. Son demasiadas las capas de frivolidad, manipulación y dolor las que llevamos encima como para enfrentarnos solos a nuestro propio abismo. Hay que ser muy valiente para hacerlo.

   Y puede suceder, y sucede, que una vez llegado a ese momento del cara a cara, te asuste la soledad que allí hay. Pues puedes descubrir que tu eres un paria, que tu no sigues las modas, que al final, nunca acaban gustándote las películas mediáticas mientras que en cambio consideras verdaderos tesoros algunas de las que nadie habla, que sólo compartes de verdad tu tiempo y tus fuerzas con quienes te importan, que no tomas cafés sin sentido si no te apetece, que prefieres sumergirte en las calles que describe un buen libro a la serie de moda, aunque eso suponga silencio en el autobús. Y que esa introspección te hace plantearte muchas cosas que algunos ni siquiera podrían imaginar que existen. Lealtad, libertad, justicia, valores, ideología. El bien y el mal. Y como nos rodea y nos influye.

   Y en ese momento comprendes que eres del limitado club de los justos de Sodoma. Y que pocos son los que llegan a comprender las tormentas que soporta tu alma.

   Y cuando encuentras un momento de calma, y te dices a ti mismo que eres de los buenos, pesar de todo y de todos, el destino te juega otra vez una mala pasada. Y tienes que oír a malditos despojos pisoteando esos ejes sobre los que gira tu existencia. Y sus palabras de violencia y desprecio, levantan sin demora al monstruo que habita dentro de tu corazón. y en ese momento sólo querrías tenerlo en frente, y soltar a la bestia. Sin consecuencias. Sin remordimientos. Sin recordar que tu eres de los buenos.

   Y es que mientras mi familia y yo, dedicábamos nuestro tiempo a ir a Mestalla a honrar a los miembros de la Guardia Civil asesinados por ETA. Mientras miles de personas gritaban en Madrid que nuestros muertos merecen justicia, una de sus bestias amaestradas, una de esas que saben articular letras a modo de palabras, acusaban a las familias de los muertos, de los mutilados, a los supervivientes de su horror sin sentido, de confrontar y provocar. De llamar a la violencia. De promover el asalto a la ley y a los derechos humanos.

   Y has de contemplar a Ortega Lara, con los ojos vidriosos por la emoción, asegurando que lleva una semana reviviendo su cruel y ensañado martirio, de modo que vuelve a estar encerrado en su miserable zulo luchando con su miedo y su mente para no volverse loco de nuevo.

   O a la madre de una de las niñas de Alcaçer, reviviendo las barbaridades que tuvo que sufrir su hija y sus amigas antes de entregar la vida y dejar este mundo.

   O a la hermana de Gregorio Ordoñez, teniendo que recordar los sesos de la carne de su carne esparcidos por la mesa en la que un segundo antes charlaba con una compañera.

   O a la familia de Miguel Ángel Blanco, obligados a evocar los recuerdo del chantaje, de la incertidumbre y de la fatalidad. De días de pavor y lágrimas derramadas para acabar regando con ellas una tumba. La de un chico normal, de un pueblo normal con una vida normal.

   ¿Y cómo pagan esta nueva forma de terrorismo? ¿Quién les obligará a enfrentarse a sus actos y sentir de verdad el miedo y la desazón que ellos reparten sin sin miramientos? ¿Quién irá a esos ayuntamientos en los que gobiernan, de los que cobran, a los que exprimen y les escupirá sus miserias y les obligará a esconderse en el agujero de donde nunca debieron salir?

   Yo se lo diré: NADIE. Porque después de todo, en esta parte, sólo sabemos llorar y lamentarnos. Escandalizarnos y asentir con la cabeza a las palabras de los que allí hablan desde la comodidad de nuestros sillones. Porque después de todo, los justos de Sodoma no son más que cuatro, y ellos solos no pueden. Y por desgracia, el resto, dentro de tres días, volverán al Sálvame y al Hola, a las películas insulsas y los cafés sin sentido. Y desde allí sentados, encontrarán culpables para todo, pero en el de enfrente.

   Y es que a veces, lo que hacemos no tiene sentido.

 

martes, 22 de octubre de 2013

YO SOY VÍCTIMA DE E.T.A


   Yo soy víctima de E.T.A. Y tu, querido leyente, que pasas ahora tus ojos por las letras que voy derramando. Y tu amigo. Y tu vecino. Y tus padres. Y todos a quienes conocemos.

   Porque somos de las desgraciadas generaciones que nos levantábamos casi a diario con la noticia de una nueva matanza. De una nueva bomba. De un nuevo y cobarde tiro por la espalda. De sangre y dolor.

   Los recuerdo casi todos. He crecido con la maldita presencia de esa banda de desgraciados carroñeros. Y el aliento de la muerte en el cogote. Todavía recuerdo aquel momento en que la guardia civil aviso a los concejales de nuestra comarca, (entre ellos, mi padre) de que al menos durante un tiempo, debíamos comprobar los bajos del coche antes de arrancarlo, pues tras la última detención, tenían serias sospechas de que la próxima carnicería podía tener lugar por nuestras calles. Y la conversación con mis padres, seria, responsable y meditada. De que si alguna vez era yo la "elegida" por el fatal destino de las alimañas norteñas, nada de perdones ni de palabras políticamente correctas. Porque si tocaban a cualquiera de mi gente, yo echaría los hígados por la boca y me convertiría en la peor pesadilla de los desgraciados verdugos.

   Vidas rotas. Horror. Goyo. El matrimonio Becerril. El Fiscal General andaluz. República Dominicana. Hipercor. Casa cuartel de Zaragoza. El Profesor Broseta. Irene Villa y su madre. José Antonio Ortega Lara. Miguel Ángel Blanco. Angustia. Ignominia.

   Me he pasado la vida rezando y llorando por hermanos muertos por la sinrazón de cuatro bárbaros incapaces de defender sus propósitos con palabras y dando la cara.

   Decenas. Miles. Decenas de miles de heridos. Amputados. Militares o guardias civiles y familias a las que les quemaron el alma simplemente por ser la representación de España. De su país. Del mio. Del nuestro. Por defender una democracia que durante muchos años les pago con entierros nocturnos. Con féretros entrando por puertas traseras. Con tener que llorar su dolor sin lágrimas o en la intimidad de sus casas, porque además de tener que soportar el desgarro de la matanza, en el País Vasco había que ocultar tu situación de víctima por culpa de los mismos martirizadores.

   Maldita basura sin derechos ni coraje. Siempre matando desde lejos. Siempre empuñando el cañón por la espalda. Asesinando niños. Cercenando la libertad de todo un pueblo. Y cantando como despreciables gallinas sin plumas y sin sentido cada vez que eran y son atrapados.

   Cobardes. Trozos de carne sin alma. Execrables y simples peones reconvertidos en matadores por la simple razón de vivir a costa de los amenazados. Porque eso es E.T.A. Una puta banda de desgraciados que convirtieron una supuesta ideología en un condenado negocio.

   Y ahora llega el Tribunal de Derechos Humanos y nos dice que esa lacra, esa peste inmunda y purulenta, esa gentuza que ha regado nuestras calles y nuestros corazones de sangre y sufrimiento, que esos tienen derechos. Que la doctrina Parot no vale. Que peleles condenados a más de 3.000 años por incontables muestras de inhumanidad, ya han pagado su pena y deben salir de prisión.

   Como creyente, creo firme y sólidamente que jamás pagarán su pena. Que al otro lado de la vida, existe un infierno cruel y despiadado preparado para las gentes sin alma, y que en él arderán sufriendo al cubo todo lo que ejecutaron en la tierra. Cual Inferno de Dante, cada uno pagará la pena que el universo le imponga por haber roto sus reglas. Y allí no habrá recursos, ni posibilidades de resquicios legales por los que escapar. Para toda la eternidad.

   Como persona perteneciente al mundo del derecho, las leyes y  la jurisprudencia, conozco las lagunas de la doctrina Parot. Sé que un técnico de Estonia o de la madre que parió a los miembros del Tribunal de los Derechos Humanos, puede llegar a pensar que no se ajusta plenamente a derecho. Soy consciente de que es nuestra Constitución la que pone el mayor freno al endurecimiento de penas demandado por gran parte de la sociedad. Muchas han sido las discusiones por defender que no es todo tan fácil como nos explican los infalibles tertulianos en televisión o en las portadas de los diarios.

   Pero lo primero que me enseñaron, lo primero que aprendí y lo que defenderé siempre, es que hay determinados sacrificados que merecen justicia, incluso más allá de la ley.

   Y este es el ejemplo perfecto. España ha sido martirizada, machacada, chantajeada y diezmada durante décadas a través de los muertos y destrozados por E.T.A. Una sola lágrima de una sola de las víctimas vale más que la vida de el conjunto de todos esos asesinos. Y lo repito. No me he vuelto loca. En otro post de este mismo blog, exponía mi teoría de "los puntos de vida". Los miserables etarras gastaron todos sus puntos sin siquiera empuñar un arma. Se volatilizaron en el mismo momento en que pergeñaron tal disparate y en que que cada uno de esos animales fueron entrando en la cueva. Desde el líder de la manada, hasta la más pequeña de sus crías.

   De hecho, pienso que todo aquél que defienda, calle y otorgue o mire para otro lado en este caso, es tan responsable como ellos mismos, y tendría que revisar su carné para ver cuántos puntos de "humano" le quedan.

   Por eso, porque no son humanos, ni siquiera animales, deben ser tratados como la escoria que son. Sin derechos. Sin libertades. Sin puertas traseras en las leyes.

   El ignorante Tribunal de Derechos Humanos ha cometido un gravísimo error. Que la Historia les juzgue. Pero nosotros, los españoles, las víctimas directas y sus familias, y todos los demás no podemos, NO DEBEMOS derrumbarnos. Esa banda de inmorales ha pretendido siempre avasallarnos y manejarnos a través del miedo. Y ahí es dónde podemos ganarles.

   Yo NUNCA les tuve miedo. El País Vasco está lleno de valientes que tampoco lo han tenido y continúan sin tenerlo. Los pocos que quedéis albergando el terror en vuestros corazones, deshaceros de él. Porque sólo entonces seremos libres. Porque esa es la peor condena que pueden sufrir los etarras. Que nos levantemos contra ellos y les escupamos a la cara: "sé quién eres, escoria. Yo soy mejor que tu. Y no te tengo miedo".

   Basta de miedo. Y si salen todos de prisión, que salgan, pero como parias. Que no tengan donde comprar una barra de pan. Que no tengan donde tomarse una cerveza. Que no tengan un banco en el parque donde sentarse a tomar el sol. Porque nosotros somos más. Y nuestros muertos no pueden hacer ya ninguna de esas cosas.

   De nosotros depende. Los Tribunales que apliquen sus leyes.

   Ésta es nuestra justicia. La de las víctimas sin miedo.

martes, 15 de octubre de 2013

EL RETORNO DEL LADO OSCURO....


   Hoy estoy especialmente cabreada. Hoy mis dedos van más rápidos que mi cerebro. Hoy la indignación, la pena, la vergüenza y el enojo han hecho una bola que se ha acoplado en la boca de mi estomago y lucha por salir vertida con crudeza en este escrito, en este testigo mudo de mis pensamientos y sentimientos.

   Pero no quiero atropellarme. Quiero ser capaz de poner en orden este cúmulo de pasiones porque quiero que se entienda bien lo que quiero decir. Vamos a intentarlo. 

   Hace unos años, en este nuestro maltratado país, apareció un iluminado llamado Zapatero que se convirtió en Presidente de nuestro Gobierno. De sobra sabéis que no es santo de mi devoción, y que podría estar horas criticando y debatiendo lo que para mi han sido sus muchos fallos. Pero el peor de todos, el más cruel por innecesario. El más vil por lo que supone de abrir heridas cerradas y echar sal en cicatrices antiguas, fue, sin duda, la "Ley de la Memoria Histórica". Repito que podría hablar largo y tendido de los porqués de esta afirmación, pero no es de este error del que quiero hablar. Sólo necesito traerlo a colación para explicar lo que realmente quiero contar.

   Mis queridos leyentes ya conocen que soy alfafarense, ex-concejal de mi Ayuntamiento y retirada medio a la fuerza, medio voluntariamente, del PP local y valenciano.

   También saben, pues aquí lo he comentado, que en estos últimos tiempos por parte de miembros pertenecientes al grupo que gobierna el Consistorio de mi pueblo, se han vertido palabras de menosprecio y vilipendio sobre uno de mis barrios. También saben que hay miembros de ese barrio en huelga de hambre en la plaza y que el Alcalde se desvincula de lo que allí pueda suceder. Lo que no saben es que todo esto forma parte de una estrategia repulsiva ante la cual me revuelvo cual gato panza arriba.

   Durante casi una vida, ese barrio de mi pueblo, el Parque Alcosa, y en el que yo vivo, el llamado Casco Antiguo, no se han llevado bien. Los diferentes gobiernos que han pasado por el ayuntamiento, se han dedicado a mantener, e incluso promover, las distancias existentes por meras cuestiones partidistas.

   Valga decir como ejemplo, que al Partido Popular de los principios, le era muy complicado pisar las calles de ese barrio, por ser este mayoritariamente de izquierdas. Mi padre vivió esa época. Yo viví esa época. Una época en la que un coche electoral en el que yo iba sentada fue apaleado por un grupo de niños, lo cual provocó un momento de peligro, con frenazo incluido y yo en urgencias con la pierna vendada de tobillo a cadera esa misma noche. 

   Y que quede claro que no estoy demonizando a ese barrio, ni a esos niños que se dedicaron ha hacer lo que para ellos era una simple trastada. Me limito a poner ejemplos extremos de lo que pasaba para que se entienda con claridad cuál era la situación. 

   A este lado de la carretera, las cosas no eran muy diferentes con respecto a los "vecinos de enfrente". Reivindicativos y luchadores como han sido siempre, no es la primera vez que aparecen en la plaza para demandar lo que en cada momento consideraban eran sus derechos. y los comentarios de los del "centro del pueblo" eran igual de despectivos y de hirientes hacía "los del Parque" que los de "los del Parque" hacia los de aquí. 

   Pero llegó un momento en que los astros se alinearon. Gente joven del Parque Alcosa se implicó en el PP y comenzó a conocer el Casco Antiguo de la mano de los que vivimos aquí. Y a la par, ellos nos fueron enseñando las particularidades y las riquezas de su barrio. Y ambos grupos sufrimos y luchamos por unir dos pedazos de un mismo todo que habían estado separados por intereses políticos durante décadas.

   Y lo conseguimos. Vaya que si lo hicimos. Y han sido años de pisar las calles de cada barrio sintiéndonos todos en casa. Aquí y allí. Dejando de existir un ellos para ser todos un nosotros. Y si hay algo de lo que los que comenzamos a andar ese camino nos podemos sentir orgullosos es de que cuajó. Y fue trabajo nuestro. Sudor nuestro y esperanza en que todos vieran lo que nosotros sentíamos. Que somos un sólo pueblo, y que nos unen más cosas de las que nos separan. 

   Hoy, yo puedo decir con la mayor de las honras, que tengo verdaderos amigos de mi otro barrio. Que de las muchas veces que piso sus calles, me encuentro en cada esquina con gente que conozco y aprecio. Que los saludo, que me saludan. Que disfrutamos juntos de aquellas fiestas y de estas. Que compartimos barracones y misas. Fallas y música. Cafés y vidas.

   No digo que todo fuera perfecto. No existe la perfección. Obviamente quedan reticencias, miedos, recelos y gente que todavía no se ha abierto a la hermandad. Pero el camino entre los dos barrios es ancho y limpio, y lo es porque ha habido pioneros que lo han empezado a transitar y a limpiar de malas hierbas.

    Pero ete aquí, y es donde llega mi indignación más profunda, que los nuevos, esos "xics del poble", lo que en el Casco Antiguo siempre se ha llamado "los de pedigree" (no hay cosa que más odie de mi pueblo que ese clasismo rancio y añejo que pervive entre la endogámica clase de los "pura sangre"...) gobiernan ahora nuestros destinos. Y ellos, esos "sangre limpia" son los que nunca han querido abrir sus mentes y sus corazones a nuestros vecinos. Esos, que se creen superiores al resto por tener un mote y vivir en las calles más antiguas del pueblo, ahora, tras aniquilar sin temblor y sin conciencia a aquellos que no aceptamos sus tesis pasadas e ilegítimas, sin honor y sin conciencia, esos quieren, cual Zapatero lunático, reabrir las viejas heridas, cerrar el camino entre nuestros dos barrios. Fomentar las diferencias y desunir a un pueblo con los mismos rateros ánimos partidistas.

   Y para ello se dedican a llamar piojosos e indeseables a los huelguistas que están en la plaza. Y para ello proponen utilizar bates de béisbol para dar de comer caliente a los que por voluntad propia llevan 15 días sin comer. Y para ello abogan porque la policía los retire de la plaza que tanto esfuerzo les ha costado conseguir (¿?) y los meta en el calabozo para que sus niños no tengan que presenciar que hay gente con menos posibilidades de vivir que sus papis, ricos herederos o empresarios de éxito que no deben mezclarse con la chusma del pueblo, y mucho menos si vienen del otro lado de la frontera. Y para ello los cobardes de traje y corbata con sueldo municipal se dedican a enviar a sus palmeros, esos que se tienen que ganar un puesto (aunque ellos jamás tuvieron que hacerlo) a insultar y berrear en redes sociales públicas, con perfiles falsos y verdaderos, para reinstaurar las diferencias. Para constatar la victoria del lado oscuro.

   Y yo os grito desde lo más profundo de mi alma: ¡MALDITOS!. 

   Malditos por no ver más allá de vuestras narices. Malditos por insultar a MIS vecinos porque tienen ideologías y modos de vida distintos a los vuestros. Malditos porque no sois capaces de enfrentaros a ellos cara a cara, sino desde el anonimato de un perfil falso o desde la tranquilidad de vuestras casas tras la pantalla de vuestro ordenador. Malditos por demostrar que ciertamente existe la antigua derecha infumable y perdida, violenta y rezumante de odio. Pero sobre todo malditos una y mil veces por destruir el mejor de los legados que le pudimos dejar a nuestro pueblo, el principio de la unión y la consideración de un solo pueblo. 

   Vecinos y hermanos del Parque Alcosa, los que fuimos, NO SOMOS como los que están. Vecinos del Casco Antiguo, valorad la necesidad de considerarnos iguales. Alfafarenses todos, no permitamos que individuos como estos nos vuelvan a separar. 

   Porque Parque Alcosa, Casco Antiguo, Tremolar, San Jorge, .....etc, somos TODOS lo mismo.Un mismo y maravilloso pueblo: Alfafar.

   Le pese a quien le pese.

martes, 8 de octubre de 2013

SUSTO Y MUERTE....


   La misma semana pasada. No importa el día. De buena mañana. Me despierto con unos cuantos mensajes que me envían la reproducción de una noticia aparecida en el periódico del día.

   Versa sobre la protesta, huelga de hambre incluida, que vecinos de mi pueblo llevan a cabo, aún hoy, en la plaza del pueblo en defensa de un convenio que subvenciona a la Cooperativa social que hasta el día 1 de octubre realizaba las tareas de limpieza en el Barrio del Parque Alcosa. ¿Recuerdan mis queridos leyentes? Si hombre...ese barrio marginal, tercermundista y analfabeto que sufrimos en este nuestro insigne pueblo.

   Por si algún despistado no lo recuerda, aclaro que no son palabras mías, sino del Asesor de Asesores, el inefable ayudante de cámara (cual Conde-Duque de Olivares como valido de Felipe IV......ahí dejo la cosa....) del ilustre mandante de los destinos de los alfafarenses. Vamos Guiilém Bertomeu.

   Hecho el recordatorio, y puestos en situación del inestimable concepto en que nuestro gobierno local tiene a este pedazo de nuestro pueblo, entro en faena. Y me temo que hoy la harina me va a llegar a las cejas, pues pienso meterme en ella sin miedos y sin tapujos. Como siempre.

   Titular del diario: "El alcalde de Alfafar denuncia coacciones de los dos nuevos huelguistas de Orba". Subtítulo: "Dice al juez que "pretenden obligarle a cometer una ilegalidad" al exigir que dé la limpieza a la cooperativa".

   Y cuando comienzas a leer la noticia, como siempre magníficamente expresada por la redactora Marga Vázquez, descubres que el alcalde acudió (a través de un notificador) al juez correspondiente de Catarroja para "informarle" de "supuestas coacciones recibidas por parte de los dos huelguistas del barrio Orba" ya que con el escrito pasado por registro de entrada el día antes de reemplazar a sus compañeros en la huelga de hambre que había comenzado el 12 de Septiembre, en el cual le comunicaban que "no abandonaran la huelga mientras no anulase la decisión de sacar a concurso público la limpieza viaria del barrio" se ha sentido coaccionado. Y es que de las maldiciones lanzadas por los monstruos huelguistas del Parque, "se pueden interpretar como una coacción porque pretenden obligarme a que cometa una ilegalidad al exigirme que suspenda el concurso público de la contrata de limpieza".

   Me imagino el momento. Lo veo: "anda ves, notificador, y dile a su señoría de mi parte: "Señor juez, señor juez, que estos chicos malotes me asustan y quieren obligarme a hacer cosas malas". Lo que no sé es si le pediría que transmitiera también sus acostumbrados pucheros y lagrimitas (...de cocodrilo, of course...), o eso ya le dio mucha vergüenza...... (aunque eso de la vergüenza, ...no sé, no sé.....)

   Sigue el diario: "Juan Ramón Adsuara ha optado por comunicar la situación al juzgado para "eximirse de responsabilidad en caso de que a esas dos personas les ocurra algo si siguen adelante con la huelga" de hambre. "No puedo ir contra la ley" se justificó ayer, al tiempo que aclaró que está estudiando "redactar un nuevo convenio con la cooperativa, pero con otra encomienda" [...] Para la cooperativa, sin embargo, las palabras del mandatario no son suficientes porque no hay garantía de compromiso. Además, insistieron ayer fuentes del colectivo "si la voluntad del alcalde es negociar, consideramos inhumano aplazar esa reunión hasta la semana que viene, cuando hay dos personas en huelga de hambre" Aún así, insistieron en su intención de sentarse a dialogar con el equipo de gobierno de Alfafar [...]"

   Pues bien "señor" Adsuara. sin entrar a valorar la legalidad o ilegalidad del convenio (del que conozco bastantes detalles, pues como de todos es sabido, han sido muchos años los que he pisado el Ayuntamiento y me he aplicado en mis deberes...), pues digo yo que si ahora es ilegal, ya lo sería hace dos años cuando usted se sentó en el trono del palacio. Pero claro, si no se han dado cuenta hasta ahora..... habrá que comprenderlo e ignorar que según sus propias palabras, han estado dos años cometiendo una ilegalidad (el servicio ha sido prorrogado tácitamente durante años... incluyendo el pasado y ocho meses de este, claro...).

   Pero lo peor de todo, lo más vergonzoso, lo más deshonroso, abyecto, ignominioso, indecente, indigno, inmoral, indecoroso, ruin, vil, bochornoso y despreciable es que se haya ido usted al juez a lamentarse de que un colectivo, un barrio entero, luche por lo que consideran justo y parte de sus derechos como vecinos. Si usted, "señor" Adsuara, considera que se equivocan, hable, dé la cara por una vez en su vida. Si tiene argumentos, esgrímalos, mediante la palabra y defienda lo que considera legal y bueno para toda la comunidad a la que representa. No gimotee como un niño cuando se enfrenta a una de sus primeras crisis como alcalde. Entre otras cosas, porque va en el sueldo...

   Por mucho juzgado, juez, magistrado o tribunales a los que acuda, alguien debería haberle explicado que las huelgas de hambre son voluntarias, y aunque a esas dos personas les ocurra algo si siguen adelante con la huelga de hambre, a "usted" no lo van a acusar de asesinato. Ningún artículo de nuestro ordenamiento penal le hace o hará responsable penalmente de nada. Otra cosa es la culpabilidad moral. Esa, me temo, que no está regulada en los libros. Y esa burda imitación de Pilatos y sus manos lavadas, al igual que con el romano, no impide que la historia lo juzgue y lo libere o lo condene. Y es que no hay juez más justo que el tiempo y la Historia.

   A pesar de todo, y en medio de tanta fetidez, debo felicitarle por una cosa. Si realmente es cierto que ha caído de su caballo y ha visto la luz, congratulémonos todos porque ahora reconoce que se deben seguir las normas para que el mundo no se convierta en una anarquía cruel y sanguinaria. Es un descanso saber que no volverá a "saltarse" los reglamentos, las normativas y los estatutos.

   Para conseguir su puesto, no tuvo problemas en hacerlo, pero dicen que de sabios es rectificar...aunque sea tarde.


martes, 1 de octubre de 2013

DE DAMOCLES Y ESPADAS.


   Cuenta una antigua leyenda griega que en la corte de Dionisio II, (un tirano de Siracusa (Sicilia) del siglo IV a. C.) había un cortesano excesivamente adulador de nombre Damocles. Así, Damocles se dedicaba a propagar entre todo aquel que quisiera escucharle, que Dionisio era realmente afortunado al disponer de tan gran poder y riqueza. Hasta que los rumores llegaron a oídos del strategos y Dionisio, deseoso de escarmentar al adulador, se ofreció a intercambiarse con él por un día, de forma que pudiera disfrutar de primera mano su suerte. Esa misma tarde se celebró un opíparo banquete donde Damocles gozó siendo servido como un rey. Sólo al final de la comida miró hacia arriba y reparó en la afilada espada que colgaba, directamente sobre su cabeza, atada por un único pelo de crin de caballo. Inmediatamente se le quitaron las ganas de los apetitosos manjares que le sirvieron y los hermosos muchachos que había pedido, y pidió al tirano abandonar su puesto, diciendo que ya no quería seguir siendo tan afortunado.

   Desde entonces, "la espada de Damocles" es una frase acuñada en alusión a este cuento para ejemplificar el peligro que se instala en aquellos que ostentan un gran poder, pues no sólo pueden perder los lujos y la gloria de golpe, sino todo lo demás, incluida la vida.

   Pues bien, en estos tiempos, son muchos los envidiosos, celosos, ambiciosos, egoístas, avariciosos, resentidos, recelosos, suspicaces y desconfiados que pueblan nuestra casta política. Ilusos y despiadados congéneres, que cual estúpidos Damocles son cegados por el brillo del oro y ansían más que cualquier otra cosa el trono de rey. Muy posiblemente el tirano Dionisio fue uno de esos mismos espécimenes, y al igual que el resentido Damocles, descubrió la espada demasiado tarde. Pero ah!!, cruel destino. Siempre hay una espada. Siempre está ahí. Escondida. Al acecho. Esperando el más mínimo signo de debilidad o la presencia de un nuevo aspirante a rey más joven, más guapo, desconocido, pero igual de ambicioso que el anterior con el que divertirse, y la crin de caballo, curiosamente, deja de soportar el peso de la vida, y se dirige, inexorable, hacia la garganta del inquilino del trono, cercenando no sólo su cabeza y arrebatándole la vida, sino dejando en sus restos la expresión de incredulidad del que se creía invencible.

   Políticos del mundo, mirad hacia arriba y tened por seguro que tarde o temprano la espada caerá sobre vosotros. De vuestros actos dependerá que tengáis ayuda para convatirla, o que estéis solos frente a vuestro destino.

   Pero no quiero dejarlo así en el aire. Hoy quiero dar un ejemplo práctico de uno de esos locos que se subieron sin pensárselo dos veces sobre el caballo de la batalla. Negro como la noche. De poderosos músculos que entornan sus imponentes patas. Cubierto de pelo brillante azabache y crines indomables. De ojos profundos y alma sin dueño. Y comenzaron una loca carrera pensando que dominarían a la bestia. Ellos sí. Pero ah!!, cruel destino. Siempre hay una espada. Siempre está ahí. Escondida. Al acecho. Y hace tiempo que cortó las riendas de su caballería, Y ahora viaja sólo. A merced del monstruo. En una furiosa y vertiginosa cabalgada que únicamente le puede llevar al desastre.

   Pero es que además, como todos los avariciosos y egoístas candidatos a los tronos, es un maldito cobarde que no se atreve a bajar de su montura. No quiere saltar en marcha, pues por encima de todo, aprecia su pellejo sin importarle lo más mínimo el de los súbditos que lleva atados detrás y cuyos destinos dependen del curso y final de su lucha con el Leviatán.

   De nombre Arturo (perdón, Artur) y de apellido Más (aunque venido a menos...), el loco que nos ocupa ostenta el trono de Cataluña. Y en la despreciable búsqueda de más poder y más oro, hace tiempo que perdió las bridas del caballo de la independencia. Y ahora corre sin rumbo y sin camino. Cada vez más cerca de un precipicio angosto y profundo. Un precipicio yermo y sin vida.

   Y lo peor de todo es que él y los suyos, el resto de locos que pensaron que serían su corte una vez conseguido el maná, sabían del infierno al que dirigían a su pueblo. Y aún hoy siguen mintiendo arengando a sus cachorros, esos que crían cual perros de caza, encerrados en una tierra falsa, de historia inventada y con héroes de cera, dispuestos a morder y matar a quién le han enseñado que es la presa, y les siguen contando que bajo ese abismo les espera una especie de "Whalhalla" donde los guerreros encontraran la gloria. Un oasis de riquezas infinitas, aguas cristalinas y alimentos celestiales en medio del duro desierto donde viven.

   Y yo les digo, separatistas catalanes, vascos y de la madre que los parió.....¡¡¡tirénse de una vez por el despeñadero!!! Vivan su lugar soñado.  Compartan con sus hermanos la ceniza y el polvo, y cuando eso ya no les satisfaga, degusten sus carnes traidoras y extínganse entre ustedes.

   Pero a España, a los españoles y a los cuerdos, ¡¡déjennos en paz!!