Los primeros griegos, padres de nuestra sociedad e inventores no sólo de la democracia (que agoniza lentamente por culpa de las actuales generaciones...), sino de la ciencia, de la escuela, de las artes y un larguísimo etcétera. Sabios que pusieron nombre a la mayoría de sentimientos o pensamientos y pusieron las bases de lo era moral e inmoral, lo que estaba bien y lo que estaba mal. Los antiguos griegos.
Bien, pues de ellos, de la antigua Grecia, nos llega la palabra crisis. La ¿ilustrada? wikipedia nos la define así: "Crisis (del latín crisis, a su vez del griego κρίσις) es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. Los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de profundidad, pues si no serían meras reacciones automáticas como las físico-químicas. Si los cambios son profundos, súbitos y violentos, y sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución. Las crisis pueden designar un cambio traumático en la vida o salud de una persona o una situación social inestable y peligrosa en lo político, económico, militar, etc. [..]".
El DRAE tiene está versión (para mí, más fiable, of course...): "Crisis. (Del lat. crisis, y este del gr. κρίσις). 1. f. Cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente.; 2. f. Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales.; 3. f. Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.; 4. f. Momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes.; 5. f. Juicio que se hace de algo después de haberlo examinado cuidadosamente.; 6. f. Escasez, carestía.; 7. f. Situación dificultosa o complicada."
Ahora que ya hemos definido la palabreja con la que convivimos a diario y la que tantas culpas tiene de casi todo, vamos a hacer un ejercicio de reflexión un poco más allá, que hoy estoy filosófica.
Como hemos podido discernir de las definiciones presentadas, una crisis no tiene porque ser siempre mala. Crisis puede ser simplemente un momento de cambio del cual sustraer cambios profundos que traigan consecuencias trascendentales. De hecho, los grandes cambios y adelantos de la humanidad han sido consecuencia directa de la superación de una crisis. La mayor parte de ellas, es cierto, batallas y guerras sangrientas y crueles.
Y después de toda esta reflexión a cerca del significado primigenio de la palabra crisis y de sus infinitos efectos, paso al meollo de la cuestión. De lo que quiero hablar. De lo que quiero evidenciar. Sobre lo que quiero poner la atención.
Y es en el comportamiento que cada persona demuestra en los momentos de crisis. Y es que no hay mayor verdad en el mundo que el hecho probado de que las personas demuestran su verdadero ser en los momentos difíciles. Si quieres saber quién es tu congénere, fíjate en su modo de actuar en momentos de
mutación, vicisitud, cambio o desequilibrio.
Y después de toda esta reflexión a cerca del significado primigenio de la palabra crisis y de sus infinitos efectos, paso al meollo de la cuestión. De lo que quiero hablar. De lo que quiero evidenciar. Sobre lo que quiero poner la atención.
Y es en el comportamiento que cada persona demuestra en los momentos de crisis. Y es que no hay mayor verdad en el mundo que el hecho probado de que las personas demuestran su verdadero ser en los momentos difíciles. Si quieres saber quién es tu congénere, fíjate en su modo de actuar en momentos de
mutación, vicisitud, cambio o desequilibrio.
Los hay que sacan la cara, alzan la voz y se dejan la piel y el alma para gritar que se puede ser mejor. Para animar a los demás a intentar sacar la lección del trance. A los que no les importa poner su persona en peligro ni se paran a pensar en su propio beneficio.
Los hay que poco a poco, sin hacer ruido, sin estridencias ni estrépitos, se unen a esas personas y forman parte del grupo que intenta reflotar un barco hundido y lleno de costurones por los que entra el agua ahogándolo todo. Pero ellos son trabajadores infatigables y no se dan por vencidos. Ellos son la piedra con los que trabaja el martillo de los anteriores.
Los hay que no se deciden. Pero en estos hemos de distinguir dos tipos: a los que lo hacen por falta de espíritu o coraje, a los que todo les da igual y consideran que no va con ellos el intento de solucionar el problema, los que aceptan el discurrir de la vida y aceptan su modo, sin pretender mojarse siempre que no les concierna a su persona directamente. Y después está el otro tipo, el de los cobardes que prefieren no dar la cara hasta saber quién, una vez superada el peligro, es finalmente el nuevo rey. No vaya a ser que les salpique la mierda y finalmente hayan escogido el "lado" equivocado. Desgraciadamente, estos, los dos tipos, son la mayoría. Y por eso el mundo funciona como lo hace. Por culpa de esos tibios de corazón y de espíritu y de los especuladores de vidas, egoístas de especie, que no moverán un músculo sino van a sacar algo en su propio beneficio.
Los hay que se aprovechan. Los que muy probablemente han contribuido en gran medida al apuro, y juegan sus cartas (manchados ases que llevaban robando y escondiendo mucho tiempo) de la manera más sucia para ganar su partida. A los que no les importa ni nada ni nadie. Los que no tienen alma ni salvación. Para desventura de este nuestro mundo, este es un tipo exageradamente extendido entre "los nuestros". Culpables de la deriva de nuestra sociedad, como parásitos que se creen leones, estos, junto los anteriores, son los que nos llevarán a la ruina total si no les ponemos freno.
Y finalmente, están los inconscientes. Los que disfrutan de que se hunda el barco, aunque ellos no lo hayan provocado, sin darse cuenta de que el final es el mismo que el de los del primer tipo. Ahogarse en su propia mar corrupta. Pero ellos disfrutan echando culpas, gritando acusaciones y abogando por atrocidades.
El mundo está en crisis, pero por culpa de sus habitantes.
Mientras existan avaros sin conciencia, políticos sin principios, degenerados que bajo el anonimato son capaces de envenenar al vecino, pero jamás dando la cara, perturbados que disfruten del mal ajeno cuando le toca al contrario (véase el reciente ejemplo de los dementes que han deseado la muerte de la delegada del Gobierno madrileña tras su gravísimo accidente de tráfico, por cierto, en su moto particular y sin escoltas.....(pero de eso nadie se quiere dar cuenta..) o la beatificación del delincuente que la atropelló...), los que maltraten, vejen e intenten anular psicológicamente a quién no piense como él, los aprovechados, los indecisos, los aprovechados, ...etc, superaremos una crisis, .....hasta que llegue otra.
La humanidad está corrompida, y necesitamos ejércitos del primer y segundo tipo de personalidades para que el cáncer sea erradicado de una buena vez.
Sin esos tipos de personas, simplemente seguirá siendo un enfermo con una mala salud de hierro.