Por fin hoy puedo tener la suficiente tranquilidad como para sentarme frente a mi querida máquina negra a escribir mis letras semanales, y sin bien es cierto que ha sido la falta de tiempo el principal culpable de las extrañas horas de hoy, he de reconocer que no lo es menos las luchas internas entre mi corazón y mi mente para decidir cuál era el tema de hoy.
Y es que había otra entrada pensada, bosquejada y medio preparada. Y es una de esas a las que le tengo ganas. Pero finalmente, me he rendido. No será para hoy. Pero no tardará mucho.....
Y es que hace tiempo que en mi cabeza ronda la idea. En la mayoría de mis escritos hay pequeñas piezas de este mismo puzzle. Un puzzle del que conocía el diseño, el número de piezas, los colores y sus formas. Y por eso podía hablar de él. Pero ahora, mi mente ya ha montado el puzzle. está acabado. Cada pieza en su lugar. Cada pequeña parte de su todo en su sitio. Trabajo hecho. Lección asumida.
Como digo hace tiempo que la disciplina está aprendida. El suficiente como para que se haya posado, lentamente, en las neuronas del cortex prefrontal (el área del cerebro implicada en la planificación, la toma de decisiones, el trabajo de la memoria y el aprendizaje). Pero estos últimos días, sin buscarlo, sin quererlo, como una especie de señal formada por un conjunto de pequeñas anécdotas conversaciones, lecturas, ..etc, han hecho que hoy, la noche más corta del año, mientras espero ver por la tele como el fuego purificador acaba con las alicantinas hogueras como vano intento de recordar las sensaciones y sentimientos de la no tan lejana "cremà" de mi falla, dedique mi diario mental a las ilusiones quemadas.
Sábado noche (1). Conversación con dos de mis amigos. De esos que forman parte de mis dedos, y que cómo bien dice él, mi querido Óscar, es de las pocas cosas buenas que hemos sacado de la política, una verdadera amistad. Poniéndonos al día de los devenires de nuestras vidas, me sorprendo con que él, mi amigo, mi par, ha aprendido "gracias " al PPCV que no se puede ser buena gente y estar en política. A ningún nivel. Prácticamente las mismas palabras que había escuchado de otras dos personas el mismo jueves noche (2), y en el mismo espacio (alejado absolutamente de la política..). Pero esta vez dichas con la añoranza y el dolor de un veterano de guerra. Pues mi amigo también pasó por la guerra de la política. Igual que yo, y que otros miles, llegó lleno de ilusiones y principios, con energías y entusiasmo como para llevar a cabo él sólo una revolución. Como llegamos todos.
Y acabó como acabamos todos aquellos con una única historia posible: lealtad a los compañeros inmediatos más que a las grandes palabras huecas y a las cambiantes banderas donde tanto canalla se envuelve y medra (3). Expulsado del paraíso de la creencia en el esfuerzo, la capacidad, el trabajo y los principios que arraigan tras tu moral.
Domingo noche. En la tranquilidad de mi casa, abrazada dulcemente por mi hueco del sofá. La televisión me escupe las palabras y la imagen de dos miembros de la parte joven de los dos principales partidos de este país (4). Una chica de NN.GG y un chico de JJ.SS. Ambos contaban la misma historia (ella más valiente, pues daba la cara, su nombre y sus apellidos. Él más cobarde, pues se ocultaba tras la oscuridad del anonimato. Será cuestión de ovarios...). En la política de este país, hay un gran número de jóvenes que son utilizados sin ningún tipo de escrúpulos por parte de los "aparatos del partido" como simples extras, para rellenar estadios, para organizar mítines, para aplaudir a su líder, pero sin atreverse a pensar por sí mismos. Obedientes y callados cual ejército clon imperial. Iguales. Igual de pringaos. Después está el otro grupo. Más reducido (gracias a Dios). El de los apadrinados. Y entre col y col, alguno que sin padrino es lo suficientemente "espabilao" como para saber chupar muy bien las botas del que pase por la puerta con tal de acceder al grupo VIP de los que pillarán cacho y se convertirán en asesores del asesor del secretario del concejal y/o cualquier otro cargo, cobrando un buen estipendio eso sí. Los pocos gilipollas que conseguimos algún cargo sin cobrar, costándonos dinero, trabajo y salud, somos los desencantados, los expoliados, a los que nos roban las ilusiones y la vida. A la hoguera. Y repitiendo fielmente los juicios de Salem. Eres declarado bruja sin pruebas, sin delito, sin jurado y sin juez. Pero tu destino está sellado. Arder en el fuego abrasador de vidas, de principios, de morales.
Lunes. Esta mañana. Cómo cada primer día de la semana, leo con fruición la columna del maestro Reverte. Hoy habla de un cuadro. Y este fragmento me llega a las tripas (5): " [..] Paradójicamente, tras esa copiosa cantidad de material, la obra final sobre el lienzo aparece por contraste vacía, casi desnuda, absoluta en su simplicidad; en su árido paisaje y en esos casi solitarios hombres duros que pisan aquel peligroso rincón del mundo. Misión de paz, misión de guerra, fiel infantería de toda la vida, la misma que aparece en el ya legendario lienzo sobre el último cuadro en Rocroi. La vieja y única historia posible: lealtad a los compañeros inmediatos más que a las grandes palabras huecas y a las cambiantes banderas donde tanto canalla se envuelve y medra. Un cuadro grande, un paisaje árido, unos soldados. Cuatro españoles que caminan por un paisaje hostil, protegiéndose serenos unos a otros. Sabiendo que nadie les agradecerá nada. Realizando con pundonor y sencillez el trabajo por el que les pagan, como llevan haciéndolo desde hace siglos. Desde que la palabra guerra, por azares de la vida y de la Historia, se interpone en el camino del ser humano. [..]"
Pueden ustedes llamarme rara o rebuscada. Es muy posible. Pero ha sido la última de las señales que me ha decidido a poner, negro sobre blanco, para que a mis palabras y mis pensamientos no se los lleve ningún viento, mi advertencia a los jóvenes del mundo. No os diré que no entréis en política. Yo lo hice. Y volvería a hacerlo. Pero primero, comprobar vuestro interior. Mirar dentro vuestro y comprobar el color de vuestro corazón. Si es negro, purulento o duro cual diamante africano, ¡enhorabuena!. Tenéis lo único que hace falta para vivir toda vuestra vida como parásitos de la política. Pero....ay de vosotros si os encontráis un interior limpio, puro, justo e íntegro. Entrad. Pero tened claro que sois soldados abocados a la primera linea de la batalla más cruenta, brutal y feroz que halláis presenciado y para la que no estáis preparados. Se puede sobrevivir. Yo soy una prueba. Pero no sin ver cosas que nunca creeríais. No sin salir de allí con cicatrices que siempre os recordarán el combate. No sin haber pasado por la hoguera.
A cambio, y para desgracia de los portadores de las antorchas que encenderán vuestras piras, ese fuego purificará vuestras almas. Lo siento, belcebús, pero así es. Siempre hemos sido mejores que vosotros, pero gracias a vuestras sentencias, después de arder, aún lo somos más. Una más de las penitencias a las que tendréis que hacer frente.
Allá vosotros. Pero no digáis que no os avisé.
Y os dejo con la letra de la canción que sonaba en la radio del coche cuando he subido a él esta tarde (6). "Vi" de Pablo López. Siento que no podáis oír su maravillosa música mientras leéis su poesía. Algún día, la tecnología blogera nos lo permitirá.........
" Rezo en este verso todo lo que en esta vida he guardado,
sirva como humilde testamento de un hermoso legado.
Dejé el amor detrás de ti, dejé el valor perdido en escenarios.
Vi morir mi sueño,
vi como resucitaba,
vi los ojos de la envidia,
vi canciones, vi palabras.
Dime si hoy se acaba el mundo corazón,
dime qué vas a llevarte,
dime que me llevo yo.
Tengo la tranquilidad de haber vivido días y noches,
he bañado en vino madrugadas,
he besado el derroche.
Me emocioné cantando al sol,
perdí, gané,
crecí con la batalla.
Vi el engaño,
vi algunas verdades,
vi que estamos solos,
vi fortunas, vi necesidades,
vi quemarse todo.
Si hoy se acaba el mundo corazón,
dime qué vas a llevarte,
dime que me llevo...
Vi llorar a un alma inconsolable,
vi reír al miedo,
vi besar, yo he visto amar,
he visto cuanto debo.
Dime si hoy se acaba el mundo corazón,
dime qué vas a llevarte,
dime que me llevo yo."
(1): Segunda señal.
(2): Primera señal.
(3): Tercera señal.
(4): Cuarta señal.
(5): Quinta señal.
(6): Sexta señal.