lunes, 29 de junio de 2015

YO SOY UNA LEONA.

   Han pasado unas cuantas semanas desde las elecciones. El rastrillo en el que se compraban y vendían poltronas de concejales, alcaldes, asesores, presidentes y consejeros a recogido sus bártulos hasta la próxima. Las gangas de mi alma por un sillón quedan guardadas en el cajón del diablo hasta la próxima elección. El asco por presenciar ese nauseabundo intercambio de cromos perdurará para siempre.

   La imagen más parecida es la de una bandada de buitres, vestidos con su frac negro, puestos en círculo alrededor de una leona moribunda, que ha caído agotada al intentar defender la vida de su cachorro, que yace a su lado, muerto, con un gran tajo que le cruza el pequeño cuerpo desde su caída orejita hasta su quebrada patita izquierda. Por el agujero se desbordan los diminutos órganos que bombeaban aire a la promesa de vida que era su cuerpo unos segundos antes. Y el comité de fracs discute cómo repartirse el botín. Quién se comerá el corazón del pequeño y quién saboreará los ojos de la madre. Surge un pequeño conato de desacuerdo entre los emplumados al no estar de acuerdo con el reparto el más joven y delgado de ellos, pero finaliza de inmediato en cuanto uno da la voz de alarma y recuerda que la manada de hienas está cerca y también querrá luchar por el botín. La leona inhala su último aliento de oxigeno y reune las pocas fuerzas que le quedan tras su lucha contra el león que los ha atacado, el que les ha hecho el juego sucio a las asquerosas aves que gritan y marean a su alrededor. La leona ya no los oye. Sólo le quedan fuerzas para recordar los ojos de odio con los que les atacó su hermano. Su propio hermano. Siempre había sido un buen león. Pero en los últimos tiempos conoció a un círculo nuevo. Uno de lobos que decían ser corderos. Y empezaron a hablarle de guerras pasadas y de revoluciones. Pero eso ya no importa...... La leona alza su pezuña y con su último aliento logra rasgar el rostro que sigue al pico que se acerca. El pico. Sangre. Oscuridad.

   Y ahora, queridos leyentes, traten de olvidar esta imagen cada vez que vean a los nuevos Presidentes y Consejeros enfundados en sus trajes negros. Borren de su mente el sabor agridulce de la decepción y la muerte de la leona cuando se crucen con su nuevo alcalde o alguno de sus concejales. No piensen en el pequeño cachorro muerto antes de vivir cuando tropiecen con un diputado. Les reto.

   Yo soy una leona de la misma manada que la leona muerta. Y no olvido. Y no perdono. 

   Y soy una leona de una histórica manada llamada Valencia. Heredera de siglos de historia y grandes leones. Con leyes propias. Con Reino propio. Con un Rey aún recordado y venerado. Cuyos descendientes nos regalaron su corona. Y aún ondea sobre el azul de nuestro cielo, junto al amarillo de nuestra tierra y el rojo de nuestra sangre. 

   Y como la leona asesinada, si he de luchar contra mis hermanos por defender mi manada, lo haré. Porque ni siquiera a ellos les voy a permitir mancillar la memoria de mis antepasados. 

   Yo soy una leona y mi manada es Valencia. Y Valencia no se toca. Ni su Lengua. Ni su Historia. Ni sus Tradiciones. Ni sus Fronteras.

   Si algún descastado león ha dejado de amar a su madre, puede marcharse. Que venda sus garras a las hienas y a los buitres y que se convierta en su siervo sin dignidad y sin su orgullo. Pero a mi y a mis hermanos que nos dejen en paz.

   Yo soy una leona y mi tierra es Valencia. Ya luché esta guerra. Y no me da miedo volver al campo de batalla. Conozco dónde se encuentra. Cada depresión y cada valle. Cada río y cada desierto. 

   La jungla está llena de animales, pero recuerden, bichos renegados y extranjeros, que el león es el Rey. Y reyes somos quienes defenderemos Valencia. 

   Yo soy una leona y mi nombre es Valencia. Estoy afilando dientes y garras. Estoy bruñendo mis uñas y atusando mis melenas. Que nadie toque lo mio. O que se exponga a la guerra. Y podré morir, pero lo haré matando. 

   Hermanos leones, uníos a mí. Porque nosotros somos Valencia y Valencia es nosotros. Y no nos conquistarán sin luchar.

   Soy una Leona. Soy Valencia. Y si me queréis, tendréis que venir a por mí. Estoy lista. Y no estoy sola. 

   Preparaos. 

   ¡¡¡¡¡¡ Ggggggggrrrrrrrrrrrrrrrr !!!!!!