lunes, 29 de agosto de 2011

LOS REYES MAGOS NO EXISTEN

   Aún recuerdo el día en el que una "querida" amiga tuvo el detalle de sacarme del error y me contó que los Reyes Magos no existen. Aún resuenan sus palabras en mi cabeza, cual la maza del dios Thor, "no existen, son los padres". Y lo peor del tema es que seguro que creía que lo hacía por mi bien.

   Pues no. No me hizo ningún bien, oigan. Yo tenía sólo 5 añitos. Demasiado jóven para dejar de creer en la magia de la Navidad. Pero no se crean que hay acabó la cosa, pues esto se convirtió únicamente en un macabro presagio de lo que iba a ser mi vida. Poco después, un golpe del destino también me robó la inocencia de la niñez, teniéndo que asistir demasiado pronto a la verdadera crueldad de la vida.

   De todo me repuse (bueno .... de lo de los Reyes Magos no estoy segura de haberme repuesto del todo...) en la medida que pude y crecí optando voluntariamente por seguir creyendo. Seguir creyendo como filosofía de vida. Y no estoy hablando de fe religiosa. Eso me daría para otros doscientos post. Estoy hablando de seguir creyendo en que hay buena gente y buenas cosas en el mundo.

   Y hasta que he sido mayor, siendo y viviendo así no me ha ido mal. Pero sólo hasta que me he hecho mayor. Hace apenas un mes cumplía mis 32 años, y puedo afirmar sin duda ninguna, que a pesar de todo lo pasado, los 31 han sido el peor año de mi vida.

   Los amigos sabéis que no hablo sólo de pérdidas que para mi han sido importantes, ya que afortunadamente para mi habéis estado ahí conmigo. Los amigos sabéis que hablo de la pérdida absoluta de la creencia en la dignidad humana.

   Ahora que empiezo a ver la luz al final del túnel, puedo decir, y de hecho digo, que a nuestro Código Penal le falta una tipo delictivo. Debería estar tipificado como el más grave de todos los delitos el del cruel y vil asesinato de la creencia en los principios y la moral. El del hecho cobarde y alevoso de que te arranquen de las mismísimas entrañas el convencimiento en la existencia de unas reglas, unos códigos de conducta y unos límites irrevasables tras los cuales hay daño y dolor.
   Legálmente, todos los delitos llevan inherentemente implícito la voluntad de cometer la infracción y el daño causado. Yo añado que todos y cada uno de ellos también llevan implícito la pérdida de la fe en el mundo que nos rodea. El problema es que a diario hay actuaciones que conllevan esa pérdida, pero que no llevan aparejada la posibilidad de considerarlas delito, y por tanto, no podemos esperar el consuelo de la condena y el pago del daño causado.

   Los amigos sabéis de lo que hablo. Algunos de vosotros tenéis el mismo vacío interior porque algunos de vosotros habéis sufrido la misma pérdida. Los amigos habéis sido testigos conmigo de la contemplación de la más absoluta pérdida de la moral, los principios, las reglas, la consideración, el respeto y hasta de la dignidad. Habéis conocido conmigo la impotencia de reclamar justicia y ser considerados locos. Habéis compartido conmigo lo duro que es que te acusen injústamente, y que es peor aún cuando los que te miran con desprecio son unos zoquetes. Habéis conocido conmigo la más deplorable de las cobardías, aquella que para acallar unas sucias conciencias opta por el silencio y por la colaboración necesaria con la injusticia. Los amigos habéis sufrido conmigo el encuentro directo con la soberbia, las trampas, la ausencia de la más básica de las consideraciones y del desconocimiento absoluto de la piedad y la caridad cristiana. Y compartís conmigo la certeza de que únicamente la justicia divina podrá recompensarnos. ...... o quizá no.

   Quizá nuestro pago y nuestro aprendizaje ha sido encontrarnos. Quizá la verdadera lección ha sido saber que no estamos sólos. Quizá nuestra verdadera recompensa es saber que, aunque pocos, sigue existiéndo gente limpia y capacitada. Quizá, al final de todo, los únicos que hallamos ganado hallamos sido nosotros. Al final del dolor, hemos encontrado la amistad verdadera. El apoyo incondicional. El amor entre hermanos.

   Todos los golpes de la vida nos hacen aprender. A mí éste me ha enseñado que jamás estaré sóla. Qué siempre tendré una mano que me ayudará a levantarme.

   Al final de todo, SÍ hay justicia divina.

lunes, 22 de agosto de 2011

YO SOY POLÍTICA.

   En la última entrada que he publicado, como os habréis dado cuenta, no sólo he criticado el "Movimiento 15-M". He hecho duras críticas en contra de la clase política actual.

   Los he acusado de olvidar sus principios y el verdadero mandato que lleva implícita su elección como representantes públicos. Les he imputado el delito de buscar su bienestar, y no el del pueblo que los elige. Los he condenado por haber olvidado voluntariamente la definición y los fines de su profesión.
   Y lo mantengo.

   Y entiendo que a aquellos que me conozcan y hallan leído esto, probablemente se hallan extrañado. Y tienen razón. Y la extrañeza viene porque efectivamente, YO SOY POLÍTICA.

   Yo misma elegí hace muchos años afiliarme a un Partido político. He sido Concejal en mi pueblo. Tengo actualmente cargos en mi Partido. Pero eso no significa que no pueda hacer autocrítica. Y debo añadir que quizás porque conozco la política de primera mano, y por tanto la degradación y manipulación a la que la han llevado algunos políticos actuales, tengo mayor credibilidad, pues dispongo del conocimiento de sus tripas.

   No quiero parecer pedante, pero tampoco pecaré aquí de falsa modestia, y por eso afirmaré con total rotundidad que los motivos que me llevaron a la decisión de implicarme en política hace tanto tiempo fueron la creencia en ella tal y como la definía la antigua Grecia. Mi ética y mi moral me llevaron a intentar la búsqueda de la felicidad de mi pueblo de la que me hablaban los clásicos. Entonces, (y hasta hace muy poco tiempo) creí que ideales, capacidad de sacrificio, voluntad de servir y el sentimiento de grupo eran suficiente para triunfar en política. Creí en la honradez verdadera, y no en la que proclaman los políticos de hoy en mítines, discursos y eslóganes electorales. Creí en la transparencia y la lucha por tu comunidad por encima de intereses personales. Creí en la primitiva primacía de la manada y por tanto no contemplé jamás la traición y los puñales ocultos en mi ámbito de actuación. Podéis llamarme ilusa, pero realmente lo creí.

   Desgraciadamente, personas que se autodenominan políticos me arrancaron esas convicciones de mi razón. Fui arrojada con total impunidad y sin la mínima compasión al Apótetas, al pie del monte Taigeto, donde los Espartanos considerados no válidos eran arrojados a un barranco y abandonados a su suerte. A manos de estos mal llamados dirigentes, soy poseedora de heridas de guerra en forma de puñales en mi espalda. Algunas de ellas, siguen derramando gotas de mi sangre sobre mis ropas que me recuerdan el despertar de mis sueños de verdadera política.

   Pero no todo está perdido. En mi recorrido por este camino infestado de lobos y ratas de la política, me he encontrado con más personas con valores y creyentes en una política blanca, desinteresada y ética. A todos ellos puedo considerarlos hoy mucho más que compañeros de desengaños. Tengo el honor de poder llamarles AMIGOS. Gracias a ellos vuelvo a tener esperanza. Gracias a ellos sigo creyendo que existe otra realidad. Que SÍ hay otra forma de hacer política. Nuestra creencia en ello nos ha llevado a sufrir. No son pocos los que entre ellos lucen también puñales y heridas en sus almas. Pero definitivamente, son heridas que llevamos con orgullo. Porque ellas nos recuerdan que la antigua concepción de la política no ha muerto. Nos hacen conscientes de que aún hay valientes dispuestos a luchar por ella. Hemos luchado, y hemos perdido. Pero sólo hemos perdido una batalla. En los campos de nuestra sociedad más cercana en que se libran estas batallas cruentas, tarde o temprano volverá a brillar el Sol. Y con él volverá la verdadera libertad. Libertad que nos podrá dar la utilización exclusivamente de la moral, los ideales y de nuestra ética, es decir, de la verdadera POLÍTICA.

lunes, 15 de agosto de 2011

A VECES NECESITAMOS UN POCO DE NORTE, PARA PODER VER EL SUR.

   Parafraseando lo que dice el actual anuncio de una marca de cervezas, yo creo que tienen razón. Hay ocasiones en que perdemos el norte.

   Hace poco tiempo, escribía en una red social, que el hombre es un animal, y como tal tiende a unirse en grupos, a formar sociedades que le ayuden a su supervivencia. Y el diccionario, nos define a la política como " la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad. Es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un grupo."

   Por tanto, según la teoría, la política sería : el modo lógico de dirigir las sociedades en que se unen los hombres para conseguir sus objetivos.

   En cambio, la sociedad actual, inmersa en la peor de las crísis que recordamos, no ha sabido o no ha podido encontrar en nuestra política, es decir, en nuestro Estado, o mejor dicho, en las personas que lo representan, un modelo en el que reflejarnos o encontrar soluciones y consuelo. Y esa es la razón que aducen (o al menos adujeron en un principio) los autodenominados "Indignados del 15-M" para organizar sus movilizaciones.

   Desde el punto de vista teórico
  
   La Atenas de la antiguedad clásica nos dejó, entre otros miles de legados, la definición de la política de Aristóteles, verdadero artífice de la denominación "política" entendida para él como "la organización social del hombre que desarrolla sus fines en el seno de una comunidad llamada Estado con el empleo del lenguaje, único instrumento capaz de crear una memoria colectiva y un conjunto de leyes que diferencia lo permitido de lo prohibido." Para Aristóteles, el hombre es un animal social cuyo fin último es la búsqueda de la felicidad. Para regular esa búsqueda, el hombre utiliza su ética y de ésta desemboca diréctamente la política.

   El problema, por tanto, es que algunos políticos se han olvidado de utilizar su ética, y derivado de ello, su política no es la correcta. Aún así, la política es innata al hombre, y la democrácia, la forma de organización menos mala, con lo que intentar dinamitarla poniéndo en jaque a sus cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, no me parece la mejor opción.

   Aplaudo a las gentes que son capaces de despertar de su letargo y gritar su decepción. Aplaudo toda voz que ponga sobre el tapete democrático ideas nuevas, o ideas viejas y olvidadas, y/o propuestas de maneras distintas de actuar. Pero cuando eso lleva aparejado lo que yo considero faltas de civismo e incluso ilicitudes, pierde toda su fortaleza y su capacidad de convencerme.

   Las calles, las plazas y los lugares públicos son precisamente eso, públicos. Y eso no significa que todos podamos ocuparlas cuando queramos. Sino que NO podemos hacer uso privativo de ellas. Ninguno de nosotros podemos coger una hamaca y una sombrilla y montarnos un chiringuito en medio de uns calle. Por eso, los indignados, tampoco.

   Otras ciudades europeas, según dice la prensa inspirados en el movimiento español, están iniciando protestas y movilizaciones, pero las suyas consisten en manifestaciones e iniciativas legislativas. Los españoles, una vez más, somos más frikis. Aquí hablamos de intentos de asalto a los ministerios y cargas policiales.

   Esto hace sospechar. ¿Realmente estamos ante un movimiento espontaneo y no organizado?. ¿De verás no hay una ideología concreta detrás de todo esto?......

   Desgraciadamente, las últimas informaciones nos explican los extensos currículos "revienta-eventos europeos" de cabecillas detenidos.

   Se esfumó la verdad de la crítica a la sociedad política actual. Se esfumó la espontaneidad. S esfumó la razón.


miércoles, 10 de agosto de 2011

¡¡ HIPÓCRITA !!

   En esta sociedad en que vivimos, se ha impuesto la moda de la hipocresía. Todos conocemos a alguien que nos cae mal, que no nos gusta o que nos ha hecho daño. Pero "la política correcta" que impera en nuestro actual modo de vida nos dice que si nos lo cruzamos por la calle hay que saludar. "La educación no hay que perderla nunca", te dicen.
  
   Y yo me pregunto: ¿por qué saludar a alguien que, bajo tu criterio, no se lo merece es tener educación?. ¿No es en cambio una muestra de hipocresía?. ¿Por qué la sociedad actual condena la verdad?.

   Los tiempos que vivimos son los más permisivos de la historia con la religión, el sexo, las drogas, ..... etc.. aduciendo para ello la sacrosanta libertad de expresión. Cualquier individuo de nuestra época puede criticar abiertamente al Papa, puede decir públicamente que fuma chocolate, que practica sadomasoquismo, y cualquier otra barbaridad de este tipo sin miedo a ninguna consecuencia. No pasa nada. Está ejerciendo su libertad. Y eso lo pone en la Constitución.

   Nuestros adolescentes crecen admirando a cantantes que no se sostienen sobre los escenarios, intentando conseguir el cuerpo de modelos a las que han visto sin pudor alguno hacerse rayas de coca. Es más, la modelo en cuestión es más famosa y gana más dinero desde que se publicaron esas fotos. Crecen pensando que el botellón es "guay" y que lo que "mola" los lunes es poner en el facebook las fotos de las borracheras del fin de semana, aderezadas con comentarios del tipo: "tía, que subidón!!!! que pedal llevaba...jajajaja...".
Pero nadie se echa las manos a la cabeza. Son libres, oiga.

   Eso, sí. Como a tí, una persona hecha y derecha, con tus estudios, tu profesión, tus más de tres décadas en tu mochila y miles de puñales clavados en la espalda, te cruces por la calle con alguien al que le debes uno de esos puñales recientes, y no lo saludes...... ¡¡¡ QUÉ HACES, LOCA !!! .... ¡¡ESTÁS FALTANDO A LA EDUCACIÓN !!!... La sociedad se desmonta por tamaña desfachatez. ¿¿¡¡ Acaso no has aprendido que uno puede ser un grandísimo hijo de la gran puta, pero que si no te falta NUNCA un saludo y una sonrisa en la boca no pasa nada !!?? .....

   Pues miren ustedes. Yo debo ser muy bruta, o muy tonta..... (y me temo que de ambas perlas tengo grandes dosis), pero NO QUIERO aprender esa lección.

   La gente habla de la Constitución. La esgrimen como la Biblia. Como si las palabras allí escritas fueran sagradas. Sobre todo la del "derecho a la libertad del individuo". Pero jamás la han leído. Ni siquiera han visto un ejemplar de cerca. Pero oye, tú, lo dicen todos los Sábados los contertulios de "La Noria", cuando se están insultando. Y no se crean, que yo lo entiendo, que entre tanto griterío y tanto insulto, lo raro es que alguien entienda en medio de todo ese gallinero ni siquiera la palabra constitución.......

   Esta entrada de hoy se titula: "HIPÓCRITA". Pues miren ustedes. En ejercicio de la libertad que me concede la Constitución Española y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, yo decido no ser HIPÓCRITA.

   Espero que a lo largo de mi vida no cambie mi actual forma de proceder. Soy cristiana, de derechas y cabezota, pero no una hipócrita.

   Cuando critique algo, espero no hacerlo un tiempo después. Cuando no me guste una persona, espero no lamerle el culo después. Cuando vea algo que me parezca que se está haciendo mal, espero seguir diciéndolo con toda la fuerza de mis convicciones. Y, por supuesto, cuando me encuentre por la calle a alguien que no me gusta, no lo saludaré.

   Ésta soy yo. Transparente. Políticamente incorrecta. Pero auténtica.