domingo, 31 de marzo de 2013

AGUA QUE NO LIMPIA.....


   En estos días, los que profesamos la fe cristiana, celebramos la Semana de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Para algunos de nosotros, es un momento del año en el que dedicamos unos momentos para reflexionar y reafirmar (...o no...allá cada cual) la fortaleza de nuestra creencia y nuestro amor a Dios.

   Para algunos de nosotros, es un momento del año en el que nos emocionamos con las procesiones, con la contemplación del tesoro de nuestra imaginería o con la devoción de un silencio o un toque de Corneta rasgando la noche en señal de dolor y duelo por la muerte del Hijo de Dios. No pretendo que quien no lo sienta me entienda, pero para algunos de nosotros, es un momento del año en el que poder dirigir la mirada a la imagen titular de una, cualquiera de las Cofradías o Hermandades que pueblan nuestra piel de toro, y sentir reconfortado y caliente el corazón.

   Además, junto a los ritos propios de los católicos, indefectiblemente, las televisiones nos reponen, dentro de las tradiciones más arraigadas, todas las películas que o bien tienen el tema Sagrado como argumento principal, o las que, ambientadas en la época, nos mezclan romanos con judíos, tocando la figura del Rey de Reyes de soslayo.

    Y en la re visión de estos fotogramas, me reencontré con dos de ellos, que no por ser de sobra conocidos, impidieron un pellizco en mi alma, seguido de una reflexión.

   El primero me sobrevino visionando la recomendabilísima "Pasión" de Mel Gibson. Muchos la tachan de excesiva, de demasiado cruel e incluso rallando en lo gore. Para mí, es la visión más cercana a lo que realmente debió pasar, sin esconder la sangre, la crueldad y la tortura que el Hijo del Hombre sufrió en su carne mortal. Y aplaudo fervorosamente que ese film se rodara, y que se hiciera en su lengua original, pues como en la mayoría de las cosas importantes del mundo y la vida, casi siempre sobran las palabras. Pero me enrollo, como suele ser habitual en mí, y me alejo con ello del mensaje que quiero dejar escrito aquí, no para nadie, sino para mi misma, cuando pasado un tiempo, relea estas lineas intentando recordar mi estado de ánimo y el color de mis esperanzas y mis pesares mientras salían de mis manos.

   Hablo de la escena en la que según los Evangelios, Jesucristo es apresado por un grupo de hombres armados pertenecientes a la guardia del Templo, por orden de Caifás y los sumos sacerdotes. La acusación era sedición. Solicitaron a Pilato que lo ejecutara, ya que la pena capital sólo podía ser aplicada por los romanos. A pesar de no hallarlo culpable, Pilato sabiendo que era víspera de Pascuas deja que el pueblo decida entre liberar a un preso de nombre Barrabás o liberar a Jesús. El pueblo, dirigido por los sumos sacerdotes, escoge la liberación de Barrabás y la crucifixión de Jesúsmomento en que Poncio Pilato, quinto prefecto de la provincia romana de Judea, se lava las manos en agua limpia, fresca y clara, pretendiendo simbolizar con ello que no quería ser parte de la decisión tomada por la muchedumbre, que la decisión no había sido suya, que como gobernador de Jerusalén, obedecía lo que el pueblo le pedía, intentando con ese gesto, limpiar sus culpas por permitir lo que él sabía era una injusticia y una atrocidad y pronuncia la famosa frase: «No soy responsable por la sangre de este hombre», a lo que, según las Escrituras, la multitud responde: «Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros descendientes».

   Y es en ese momento, en el que mi retina volvía a ver esa misma escena, vista una y otra vez a lo largo de mis años, cuando me di cuenta de la cantidad de Poncios Pilatos que pueblan nuestras vidas. De cuantos, al igual que aquél romano, pretenden que la cobardía de no hacer nada, de permanecer inmóviles, mudos, sordos y ciegos ante las injusticias y los abusos, no es culpa suya. De cuantos coetáneos, pretender lavar, no sólo sus manos, sino los negros corazones que dirigen sus negras almas, escudándose en "no he sido yo", "a mi me dijeron que esto era lo que tenía que hacer", "yo te entiendo, pero, no puedo hacer nada" y miles de versiones de estas frases que todos nosotros hemos tenido que oír alguna vez en nuestras vidas.

   Y yo os digo, malditos Pilatos del mundo, que no hay agua que limpie vuestro pecado. Que el mirar hacia otro lado, el apartarse para no ser salpicado por la mierda y la sangre que otros, pusilánimes peones derraman para mantener a salvo vuestro pedestal, es más grave que empuñar el arma con vuestras propias manos. Consentir y callar es un pecado más grande que actuar y matar. No busquéis, ni esta vida ni en la otra, refugio ni manantial alguno con el que lavar vuestra podredumbre, pues solo conseguiréis emponzoñar toda agua sana y libre que encontréis en vuestro camino, pues como si de la primera de las Plagas que Dios envió al Egipto del Faraón Ramses II se tratara, cada vez que toquéis el liquido de la vida, toda ese agua se convertirá en sangre. Sangre que os cubrirá el cuerpo y el alma matando todo lo que se encuentre a su paso y llenando vuestras vidas del olor nauseabundo nacido de la putrefacción de vuestras entrañas.

   Y desde aquí le pido a Dios que jamás permita que yo me convierta en otro Pilato. Que me siga dando fuerzas a lo largo de mi vida para no girar la vista ante la desigualdad y la injusticia. Que me permita seguir siempre alzando la voz frente al intento de callar otras voces. Que me conceda la fortaleza de luchar por la libertad y que jamás permita que mi silencio sea cómplice de la desdicha de otros. A Dios le pido, desde mi corazón pecador, que hasta el final de mis días, pueda disfrutar del agua clara y limpia.

   Pero como antes he dicho, fueron dos los momentos de reflexión y de revisión interna. Una vez aclarado el primero, paso a describir el segundo.

   Una vez más, en la pantalla de mi salón se repetían las secuencias que conforman "Ben- Hur", famosa película estadounidense, basada en el libro homónimo escrito por el general Lewis Wallace en 1880, filmada en 1959 y protagonizada por Charlton Heston. Como digo, todo un clásico, que año tras año reponen y que de la misma forma, año tras año vuelvo a ver con el mismo deleite. Tras años de padecimientos y sufrimiento soportados como reo en galeras, despojado de todos sus bienes y hasta de su familia, debido al ensañamiento de su amigo de la infancia, Messala, Judá Ben Hur vuelve a casa con la sola idea de la venganza, lo que le lleva a enfrentarse con su enemigo en la mítica secuencia de las carreras de cuadrigas en el Circo, momento que supone la muerte de su antiguo amigo, pero, y a pesar de las múltiples súplicas de su amor, Esther, no del odio y la sed de venganza acumulados durante tantos años. Y así, llegamos a la última escena de la película. El príncipe de Ur, regresa a su hogar tras haber presenciado la crucifixión y muerte del Hijo de Dios. Allí se encuentra con Esther y con el rostro desencajado por el sufrimiento que acaba de presenciar, le cuenta que sus últimas palabras antes de morir fueron: "Señor, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Esther, impresionada sólo puede comentar "También entonces.....", a lo que Judá responde, "También entonces. Y con esas palabras, cayó la espada de la venganza de mis manos...."

   Y aquí llegó mi reflexión. Me tope con la realidad de que yo no soy tan fuerte como Ben Hur. Mi fe no es tan fuerte, pues al mirar mis manos, me encontré con la espada de la venganza y del odio contra la vida, las heridas, los Poncios Pilatos, los cobardes silencios y las medrosas acciones, bien asida y bien firme entre ellas.

   Y desde aquí le pido a Dios que me conceda la misma fortaleza y paz de espíritu que en ese instante llenaba el pecho del protagonista de la película. Que algún día, yo sea merecedora de ello y en su infinita bondad me regale la suficiente fuerza como para  poder dejar caer esa pesada espada de mis manos.

    Hoy por hoy, no la tengo. Quizá algún día sea digna de esa dicha..........
 

sábado, 23 de marzo de 2013

EL AVE FÉNIX




   Cuenta la leyenda que existió un ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y garras. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus cenizas. Se la conocía como Fénix.

   Hoy comienzo este post, con cenizas. Las cenizas de mi falla. El polvo en que quedaron reducidos un año de trabajos y esfuerzos, de horas de sueño y de nervios, de risas y juegos, de cultura y tradiciones, pero sobre todo, de sentimientos.

   Pero como digo en el Saluda de mi LLibret, privilegio que me concede el cargo de Fallera Mayor, los sentimientos no se pueden describir. Ya lo escribí una vez, y ahora lo mejor será que reproduzca las mismas palabras que en el Llibret aparecen, pues nacieron del corazón y del cariño por mis gentes y mis tradiciones. Estas son:

   "Un any més tenim a les mans el LLIBRET FALLER. Compendí perfecte del que és una Falla. Recopilatori inmillorable de tot un any de treball, d'esforços (de vegades, inclús, recompensats), de records i de cultura. 

En ell, no sols ens trobem els esbossos dels monuments de l'any, o els versos del nostre més que volgut poeta. No sols trobem el calendari d'activitats que hem preparat per a fruïr de la festa o les fotos de les qui representen a la Comissió com a les seues Falleres Majors. Tenim este espai, existix este espai, per a que mosatros, les que tenim l'honor de vestir eixe trage, eixe títol que t'envolta com l'abraç d'una mare, eixe meravellós FALLERA MAJOR, ens pugam dirigir als nostres fallers per a fer-vos arribar l'agraïment als qui estàn la nostra vora i la satisfacció pel càrrec. Però no vuic desperdiciar un espai tan preat com este, en algo en què qui està, ja té, i en que qui em coneix, ja sap.

A canvi, voldría aprofitar estes línies per a fer-vos arribar el sentiment i la alegría de ser Fallera Major. Però sent, benvolguts amics, que això es imposible.

Perquè el sentiments no es poden descriure. Yo puc dir ací, que quan senc una traca, el meu cos tremola. Que quan olore les flors d'una ofrena, el meu cor batega d'emoció. Que quan qualsevol cantó te dú les notes d'un pasdoble tocat per una banda que acompanya a una comissió en un pasacarrer, sent que'ls peus se me'n van darrere. Puc escriure ací, que quan el foc purificaor del teu monument, mentre es crema, calfa el teu rostre, comprenc absolutament el significat de la vida, del principi i del fí, perque si bé eixes flames porten un final, també son un principi, i en eixe moment, més que mai, mire al cél, i done gràcies a Déu per haver-me fet el regal de nàixer valenciana. Yo vos puc dir ací, mitjan quatre lletres, que ser faller és ser especial i únic en el món. Que poder lluir les gales que reproduixen les dels nostres avantpassats, és un plaer que soles podem tindre els valencians i valencianes, hagem nascut, o ho sigam de cor.

Podría estar hores descrivint les bondats d'esta terra, però no podria fer-vos arrivar les sensasións. L'emoció que fluix per la nostra sang, naixcuda directament des de les profunditats de l'Albufera. Yo tinc el privilegi de sentir-ho tots els dies de la meua vida, i per aixó, perque pugau entendre'm, voldría obrir un forat al meu cor, i que tots puguereu sentir-ho, en la mateixa intensitat, en la mateixa força.

Però es que enguany, a més, tinc l'honor i el privilegi de sentir-ho encara en més força, perque sóc la Fallera Major de la meua Falla. La FALLA L'AMISTAT. Ma casa. I en eixe camí, m'acompañará la meua xiqueta, la meua Fallera Major Infantil, la meua Marta. La xiqueta més dolça i bonica que podría haber triat, i que sé, que compartix en mí el mateix amor per la nostra Comissió, i per això sé, que serà una gran Fallera Major Infantil, perque faça el que faça, ho fará ficant-li tot l'amor que li té a la seu falla. Marta cariño, anem a viure moments mágics, i ho anem a fer juntes. I eixe, es un atre regal vingut directament del cél. 

I no cregueu que m'oblide de vosatros. Els meus homens. El meu xiquet, Carlos, el rubiet més guapo de tots el fallerets d'Alfafar. Te promet bons moments. Te promet rialles. I te promet que tindrem les millors falles de la nostra vida. Deixa't dur i, solament...disfruta.

I després está el señor President. El meu Juan. Juan, ¿qué et vaig a dir a tú? M'has vist creixer, patir, fruïr, has confiat en mí donant-me carrecs de responsabilitat, ...etc, però sobre tot, sempre m'he sentit volguda per tú i per tota la teua familia. I això no hi ha com pagar-ho. Només puc dir-te que el sentiment es recíproc i sincer. Que vos vuic a tots els Gimeno Pérez i que sou una part important de la meua vida. Hui i per a sempre.

Estela i Lorena del Mar ens han precedit en el camí. Ara dependix de mosatros representar el nostre Escut, el nostre Himne, la nostra filosofía i la nostra Falla tal i com es mereix. 

I per aixó, em permet convidar, no sóles al nostre barri, sinò a tot el nostre poble, a apropar-se a la nostra llar per a compartir en mosatros eixe sentiment faller tan preat i valuós. 

Que comence la pólvora y el perfum. Que els trages típcs inunden els carrers. Que el món sencer senta que Valencia está en Falles. I arrivats a este punt, no puc callar una cosa. He de dir-li a la Mare de Déu i a ma mare: ¡¡ GRÀCIES PER HAVER-ME PARIT FALLERA !!

¡¡ VIXCA EL MÓN FALLER, VIXQUEN LES SEUES ARRELS I VIXCA LA MEUA FALLA, PERQUÈ EN CAP LLOC NINGÚ TROBARÁ RES TAN ESPECIAL COM LA FALLA L'AMISTAT !!"

   Estas son las palabras que escribía antes de comenzar nuestra Semana Grande. Ahora, una vez finalizada, os digo que he sido feliz. Feliz de disfrutar de lo que para mí es la mejor fiesta del mundo. Que guardaré en mi memoria cada uno de los segundos de esta semana intensa y emocionante.

   Y quiero contestar a una pregunta. Una pregunta que insistentemente me hacían el día 19. ¿Vas a llorar cuando quemen la Falla? Y mi respuesta siempre fue: NO. Y no lloré. Porque amo las FALLAS con toda la fuerza de mi alma, y no tendrían sentido sin su "Cremà". He vivido MIS Fallas. Y aún me queda mucho por vivir de este año de reinado. Pero el mayor orgullo de una fallera no puede ser otro que ver arder su monumento, pues cual Ave Fénix, eso significa que tu Falla resurgirá de esas cenizas. Que sobre ellas se fundamenta, ya, en ese mismo momento, un nuevo año, un nuevo ejercicio, un año de trabajos y esfuerzos, de horas de sueño y de nervios, de risas y juegos, de cultura y tradiciones, pero sobre todo, de sentimientos.

   Ese es nuestro sino. Esa es nuestra razón de ser. Nacer y morir. Un año tras otro. Y que así sea por muchos años.

   Que San José nos proteja a nosotros y nuestra fiesta, que es la suya.





 

lunes, 11 de marzo de 2013

LA BALANZA


   Parece que, realmente, existe una ley universal por la que la vida te compensa. Al parecer, al nacer nos corresponde un plato en nuestra propia balanza, y los años y aquellos y aquellos con quienes te vas encontrando, van poniendo su granito en una parte o en otra.

   Por eso, hay épocas, momentos de nuestro devenir por este camino de hiedras y rosas, en los que las espinas nos hieren de manera que nuestra sangre llena el plato de la balanza en el que estamos y nos hace hundirnos hasta lo más bajo.

   Ahhhh... pero, ete aquí, que un día, esa ley traviesa y escurridiza, caprichosa y mudable, decide que ya has derramado bastante sangre, y de repente, una mañana te despiertas cubierta de rosas que han curado tus heridas y han elevado tu plato más allá del equilibrio. Entonces sabes que volverás a caer, pues habrá nuevas espinas y nuevos cortes. Las cicatrices que en tu cuerpo y en tu alma dejaron las anteriores te lo recuerdan. Pero debes agarrarte con fuerza a ese momento, aprender de la lección recibida, y disfrutar de las alturas.

   Aún así, hemos de estar pendientes. Debemos estar alerta y buscar nuestras propias flores, no podemos dejarlo todo en manos de la diosa Fortuna. Hemos de estar atentos, y saber descubrir en la simple presencia de ese amigo que está siempre a tu lado, uno de esos pétalos sanadores. En un beso de tu madre, otro de esos pétalos purificadores. En un abrazo de cualquier miembro de tu familia o de tus amigos, un pétalo más de los que reparan tus rotos, esos por los que se te escapa la vida si no eres capaz de encontrar a tus salvadores.

   La diosa del Destino, ha tenido a bien hacerme una visita, y me ha dejado un buen puñado de rosas que me cubrirán de noche, cuando haga frío. A Dios le pido, que con ellas haya traído la sabiduría de saber encontrarlas por mi misma cuando mude de rumbo y se marche a favorecer a otros.

   La vida te quita, te arrebata personas, sentimientos, recuerdos y momentos vividos. Esos que tu intentas conservar en tu plato, a tu lado, para mantener el fiel de tu parte. Pero es verdad, que de vez en cuando, cual maná inesperado, te regala otros nuevos, o la fortaleza para recordar los perdidos sin que con ello te dejes vencer.

   Mis amigos, mi gente, sabe de lo que hablo. Sabe tooodaaa la alegría que hay en mi plato ahora mismo, entre otras cosas, porque ellos me acompañan en él.

   A todos vosotros, gracias por ser mis rosas. Gracias por ayudarme a lamer mis heridas y que mi alma se eleve. Gracias por haberme ayudado a convocar a los Hados y con ellos, la ventura. Y gracias por permitirme ser para vosotros, un pétalo de vuestras rosas.

   No recuerdo ahora mismo cuál gobernante fue, pero cuenta la Historia, que hubo un emperador romano que ordenó que un Consejero real fuera siempre detrás de él, para que en los momentos de victoria, le recordara que no duraría siempre, y que cuando las derrotas llegaban, le recordara que de nuevo resultaría vencedor.

   A pesar de no recordar su nombre, es una lección que aprendí e intenté grabar a fuego en mi mente, pues me parece una de las decisiones más sabias de vida.

   Mientras tanto, yo seguiré disfrutando de mis momentos victoriosos, y aunque mi consejero seguirá recordándome que los malos tiempos volverán, a la vez, al menos durante un tiempo, me permitirá deleitarme con mi buen momento.

   Cruzaré los dedos, para que tarde mucho en cambiar de consejo.........



martes, 5 de marzo de 2013

EL BALCÓ.


   En contra de mi costumbre, mis queridos lectores, ayer no pudieron leer la nueva entrada semanal de mi blog. Y es que ayer fue un día un pelín ajetreado.

   Después de un fin de semana completito y fallero por los cuatro costados, con nuestra Cabalgata del Ninot el Sábado, y todo lo que conlleva: comida rápida y prisas que hay que vestirse, estrecheces en un casal abarrotado que complicaba de forma directamente proporcional el poder colocarse el disfraz a medida que se acercaba la hora, ¡que no encuentro el pintalabios! ¿¿Qué quién ha cogido el pintalabios de las piratas??..Llega la charanga, primeros bailes..... Salimos ya desfilando....¡¡¡qué frío!!!...y yo sin mangas y escotada...... Bailes y más bailes, risas, prisas, ......, cena casalera para celebrar el éxito de nuestra Cabalgata y del esfuerzo de sus organizadoras, ya empezamos a dormir poco.... Y demasiado rápido, llega el Domingo con la tradicional Jornada gastronómica. Más risas, más casal y más falla.

   Pero por fin llega el Lunes. Hay que madrugar un poco, porque hay mucho que preparar: moños, aderezo, peinetas,.....¡uy! hace frío...pues nada traje azul y manga larga. Madre mía...mira la hora que es y aún me estoy maquillando. Corriendo a la peluquería....tensa espera porque se nos hace tarde y nos queda poco tiempo para arreglarnos.... Prisas, ya no hay tiempo de pegar un bocado....salimos de casa con el tiempo justo....

   Y sin darnos cuenta, ya estamos en Valencia, con nuestros trajes de valencianos, en la puerta de atrás del Ayuntamiento del Cap i Casal. Después de tanto correr, hemos llegado pronto, así que aprovechamos para ir a la plaza e impregnarnos del ambiente. Nos acercamos tanto como podemos al centro de la plaza, pues aún no han establecido el perímetro de seguridad, y podemos ver perfectamente la colocación de la mascletà. Decenas de preguntas de mis niños, mi Fallerita mayor y mi Presi infantiles a cerca de qué es cada cosa. No se pierden un detalle. Pero se hace la hora y volvemos a la puerta por la que debemos entrar, y después de más bromas y más risas, por fin bajan desde Protocolo a entregarnos nuestra invitación y a acompañarnos al BALCÓN.

   Y ponemos nuestros pies en ese balcón que llevamos años viendo por la tele, y cuando lo hacemos, está casi vacío, por lo que podemos acercarnos a la balaustrada más famosa y más querida por los locos de la pólvora, como nosotros. Y la espera, entre música, bailes y más, y más risas se nos hace muy corta. ¡ Ya están aquí ! ¡ Ya ha llegado la Corte de Honor y la Fallera Mayor de Valencia !

   ¡Señor pirotécnic, pot començar la mascletà! Y el estruendo y el olor más maravilloso de este mundo comienzan a invadir nuestros cuerpos, entrando por nuestros pies y nuestros oídos. Terremoto final y ovación para el pirotécnico.

   Pero nosotros no nos movemos, más bailes, más música...y por turnos, la foto oficial que nos recordará el momento. Y entonces, para mí, empezó lo más divertido..... Marta, mi Fallera mayor Infantil es una niña despierta y atrevida y junto conmigo, que no le voy a la zaga, .....recorrimos las estancias del Ayuntamiento valenciano sin dejarnos una. Fotos y más fotos... Y entrevistas para la tele (Levante TV), porque Marta no se va de allí sin hablar con el periodista que entrevistó a su hermana, Fallera Mayor Infantil de Alfafar.

   Y tampoco vamos a irnos de allí sin foto personalizada con la Fallera Mayor de Valencia.... ¡Faltaría más! No te preocupes, Marta, que de aquí no salimos sin esa foto. Y por supuesto, la conseguimos, y le deseamos a Begoña que disfrute de nuestras Fiestas, tal y como nosotros las estamos devorando ya.

   Y las risas y las bromas siguieron en el coche que nos devolvía a casa de pasar uno de esos momentos que sólo los falleros de corazón sabemos valorar y disfrutar. Los mayores, lo disfrutamos porque valoramos cada segundo del privilegio vivido, pero este disfrute se vio multiplicado por dos porque nos vimos contagiados por esa alegría que sólo los niños irradian. Los niños, cuando lo recuerden el día de mañana, sabrán apreciar en su justa medida todo lo que vivimos ayer.

   Ya lo dije ayer, en público, y en privado, pero desde aquí quiero reiterar mi agradecimiento más profundo a "los cómplices" que permitieron que nuestras ilusiones se cumplieran. Gracias una y mil veces por habernos permitido disfrutar de esta experiencia.



 
                                          ¡¡¡ Y que sigan LAS FALLAS !!!