viernes, 5 de octubre de 2012

LADRONES DE VIDA


   Mis queridos lectores, a través de estas líneas, habéis ido siguiendo mi proceso de devastación y ruina, mi proceso de asimilación del vacío dejado tras haberme arrancado de las entrañas, a la fuerza, a estirones y con desgarros, mis últimos enganches a la esperanza y a la creencia en un mínimo de bondad, de haber desolado mi convicción de que, a pesar de que el mundo es imperfecto, y de que hay hijos de puta rondando por ahí, éstos, los hijos de las hetairas eran los menos, que al final, a la gran mayoría les podía ese punto de conciencia, y si bien, no eran capaces de enmendar el daño hecho, al menos intentaban una conversación, que "asomaba a sus ojos una lágrima, y a sus labios una frase de perdón" 

   Pero la cruda realidad me enseñó que no, que el cuento es al revés, que los hijos de meretriz son los más, y que al final, ni hay conciencia ni caridad, que "habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en sus labios expiró." .

   Esta vez, hablaré a corazón abierto, cómo el último escalón que me lleva a mi nueva vida. Como la última píldora que he de tomarme para que darme el alta de esta enfermedad. Y me dirijo a vosotros. A TODOS vosotros. A todos esos personajes que llegasteis al Partido Popular de Alfafar y arrasasteis con los que nos habíamos dejado la piel, el alma y parte de nuestros años ayudando a levantarlo cuando nadie quería, cuando era comprometido decir soy del PP.

   No hablaré en nombre de nadie más que del mío, aunque me consta que el daño sufrido por mis COMPAÑEROS ha sido idéntico. Pero sí lo haré en el mio propio.

   A vosotros, los que llegasteis ahora, y os negasteis a escuchar. Sabéis bien que yo, personalmente, lo ÚNICO, que pedí fue una reunión en la que exponer mi punto de vista, mis razones y mis porqués. Que los oyerais de mi propia boca, y no distorsionados. A vosotros, los que cobardemente callasteis y mirasteis a otro lado mientras nos EXPULSABAN de NUESTRA casa, sólo por pensar diferente, por decirlo abiertamente, pero siempre de cara y dónde tocaba. A vosotros, a los que vuestra conciencia no os ha urgido, ni siquiera durante un segundo de vuestra vida la necesidad de una disculpa por si hay algo que pudisteis hacer mal (por si acaso, no digo que lo llegarais a pensar o que lo halláis hecho) o simplemente de una palabra, de un gesto que indicara que sois conscientes de que algo estuvo mal. A vosotros, que disfrutáis de unas mieles que otros plantamos, cuidamos y cultivamos, sin ningún remordimiento ni desasosiego. Os perdono. Que os juzgue quien tenga tenga que hacerlo.

   A vosotros, aquellos de quienes oí tantas veces sapos y culebras de los que ahora son vuestros "compañeros del alma". Vosotros que os burlabais de esas personas a las que ahora laméis el culo de una forma asquerosa y lamentable. Os perdono. Que os juzgue quien tenga tenga que hacerlo.

   A los pocos antiguos que quedan. A vosotros, que sois los peores, porque nos visteis crecer allí, nos visteis padecer junto con vosotros crueldades y momentos críticos. A vosotros que fuisteis incapaces de alzar la voz, aunque sólo fuera por el recuerdo de los muchos años, trabajos y sufrimientos compartidos. A vosotros que os importó más un puto sillón que un mínimo de compañerismo. Os perdono. Que os juzgue quien tenga tenga que hacerlo.

   A vosotros, los DOS más traidores. A los que nos clavasteis los puñales más grandes. A los maestros de actuar por la espalda. Vosotros que después ni siquiera tuvisteis los "pantalones" de dar la cara y reconocer vuestros pecados. Os perdono. Que os juzgue quien tenga tenga que hacerlo.

   Os perdono porque para mí, no sois nada. No sois nadie. Meros ladrones de vidas.

   Robasteis mi vida. Ahora tengo otra, y esta no la alcanzaréis nunca.

   Perdono, sí. Pero JAMÁS OLVIDO. Hasta la última palabra. Hasta el último silencio. Para SIEMPRE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario