Hoy no quiero escribir. Hoy, que empiezo a sentir que tras la cicatrización de las heridas, que tras la curación de los estigmas, comienza a titilar de nuevo la llama de mi fortaleza perdida, esa que siempre me mantuvo firme frente a la tempestad de la vida, no me apetece escribir. Hoy, que cual Fawkes, en mi traje de fénix comienza a resurgir un nuevo plumaje, más bello, más firme, más colorido y más abundante. Hoy no me apetece escribir. Mi cuerpo, mi mente, ... hasta la última de mis células, me piden compartir una canción, una letra que define a la perfección mi estado de ánimo.
Imagínense mis queridos lectores, la fuerza y el derroche de voz de la interprete mientras lo leen, y comprenderán mejor mi recuperada situación. Conocen la canción... y a su autora. Mónica Naranjo. Pónganse en situación, y "escuchen" cómo he resurgido de mis cenizas:
"Tengo el ansia de la juventud
tengo miedo, lo mismo que tú
y cada amanecer me derrumbo al ver
la puta realidad.
No hay en el mundo, no
nadie más frágil que yo.
Pelo acrílico, cuero y tacón
maquillaje hasta en el corazón
y al anochecer vuelve a florecer
lúbrica la ciudad.
No hay en el mundo, no
nadie más dura que yo.
ah, ah, ah, ah!
debo sobrevivir, mintiéndome.
Taciturna me hundí en aquel bar,
donde un ángel me dijo al entrar:
"ven y elévate como el humo azul,
no sufras más amor"
y desgarrándome
algo en mi vida cambió.
SOBREVIVIRÉ,
BUSCARÉ UN HOGAR
ENTRE LOS ESCOMBROS DE MI SOLEDAD
PARAÍSO EXTRAÑO,
DONDE NO ESTÁS TÚ,
Y AUNQUE DUELA QUIERO, LIBERTAD
AUNQUE ME HAGA DAÑO
Ah, ah, ah, ah!
debo sobrevivir, mintiéndome."
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